Nodriment sense desaprofitar res

Nodriment sense desaprofitar res

Una organización sin ánimo de lucro recupera excedentes de cinco hoteles de Barcelona y los distribuye entre entidades sociales

Llevan unos meses trabajando en su proyecto. Y les va bien. Cinco hoteles de la ciudad, el Princesa Sofía, con el que empezaron, los hoteles de la cadena Barceló, el Hilton y la cocina central de la Fira se han brindado a colaborar en su red, que trata de evitar el despilfarro de los alimentos en un momento en que son muy necesarios. Cabe decir que, aunque no fueran estas las circunstancias, su filosofía sería la misma: tirar los alimentos es un error. Y ahora, además es una indecencia.

Nutrició sense Fronteres recoge los excedentes de las cocinas de estos establecimientos y los distribuye entre nueve organizaciones sociales de la ciudad, que a su vez los entregan a familias afectadas por la crisis. "No somos expertos en pobreza, somos expertos en nutrición. Y lo que hacemos es garantizar un buen tratamiento de estos alimentos excedentes de los hoteles y una distribución adecuada para garantizar una dieta justa para quienes lo reciben", explican la nutricionista Melanie Cassarino y Jesús Martín, también miembro de Nutrició sense Fronteras. De hecho, la organización empezó trabajando fuera de España, en África, concretamente en Gambia, pero en el 2010 decidieron hacer algo en Barcelona. Presentaron su proyecto Barcelona comparteix el menjar a la Marató contra la Pobresa y se pusieron a trabajar con los 58.000 euros que les dieron. Ahora buscan más hoteles y también recursos para mantener el proyecto vivo a partir de septiembre.

Ellos no manipulan los alimentos. Instruyen a los responsables de la cocinas para que los empaqueten adecuadamente. En esa tarea aseguran que la complicidad de los chefs es esencial. "Los hoteles en general son poco receptivos y al principio nos decían que ellos no tiraban nada. Cuando llegamos a las cocinas y hablamos con la gente que está allí y trabaja con los alimentos todo cambió", explica Jesús Martín.

La camioneta frigorífica de Barcelona comparteix el menjar se encarga de distribuir lo que recogen a los centros: proveen a comedores, a centros donde se reparten meriendas para los niños -un servicio que va a más ante la evidencia de que posiblemente no habrá cena en casa-, pero también a instituciones donde los alimentos se entregan empaquetados a las familias.

Cassarino explica que siempre tratan de ofrecer una dieta equilibrada en las raciones. Por ejemplo, en el caso de las meriendas para niños intentan introducir lácteos, que casi nunca figuran en los excedentes de los hoteles, lo que les fuerza a buscar la colaboración directa de los productores. El lunes mismo recibieron una donación de La Fageda.Su experiencia es, en cierto modo, similar a la del Banc dels Aliments, pero añaden, tal vez porque las dimensiones de su organización se lo permite, un paso más al ofrecer no sólo alimentos, sino también una ración equilibrada. Muchos bancos de alimentos europeos ya trabajan de este modo.

Per Jaume V. Aroca, La Vanguardia